Por todas y todos es sabido que la respiración es un proceso muy importante en la regulación fisiológica y metabólica del organismo. Pero, ¿sabías que además puede influir positivamente en los problemas de ansiedad? La psicóloga del equipo LPF, Paloma González, nos explica cómo podemos mejorar la ansiedad a través del entrenamiento de Low Pressure Fitness.
La ansiedad, sea cual sea su fuente, causa un desajuste en el ritmo respiratorio y físico. Aumento de la frecuencia ventilatoria, cardíaca, presión arterial, niveles de cortisol… pueden causar problemas como la hiperventilación, exceso de dióxido de carbono, mareos, calambres, dolor de cabeza, palpitaciones u hormigueo.
Una de las herramientas por excelencia que recomendamos los psicólogos en el control de la ansiedad son las técnicas respiratorias y de relajación. Éstas se emplean en el sistema de entrenamiento Low Pressure Fitness (LPF). Las pautas respiratorias de LPF (respiraciones lentas y profundas) pueden conseguir un efecto terapéutico en el sistema autónomo. La respiración lenta y larga realizada durante 20 minutos diarias ha mostrado incremento de la actividad parasimpática y una reducción de la actividad simpática. Además, la ciencia ha observado que la práctica de respiraciones lentas, rítmicas y profundas ayudan a reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial (al contrario que las respiraciones rápidas típicas de personas con estrés o ansiosas).
Ansiedad, estrés, autoestima, confianza…
El entrenamiento regular de LPF puede ser de ayuda en distintos aspectos de nuestra salud mental como:
- La ansiedad y el estrés. La relajación y la respiración van de la mano. Cuando estamos nerviosos nos sentimos tensos, agarrotados y nuestros pulmones deben hacer un trabajo extra para que el aire ingrese. Al tomar conciencia de nuestra respiración y disminuir su velocidad favorecemos la relajación y recuperación del tono muscular. De la misma manera que la ansiedad perjudica la forma en que respiramos, la relajación la puede mejorar. En definitiva, realizando una respiración consciente y controlada podemos bajar las revoluciones y mejorar el sistema nervioso autónomo, aquietando la mente y combatiendo la ansiedad. Prueba a entrenar durante 20-minutos diarios la respiración consciente, amplia, lenta y rítmica. Acompáñala luego de posturas en estiramiento corporal de LPF.
- La autoestima y el autoconcepto es la imagen que tenemos de uno-a mismo-a. La autoestima es el factor emocional ligado al autoconcepto.Un concepto negativo influye directamente en la ansiedad y estrés cotidiano.Un estudio reciente sobre los beneficios percibidos de un grupo de mujeres que practicaban ejercicios hipopresivos incluidos en el programa de LPF manifestaron percibir cambios en su autoconfianza y autoestima. De hecho, el ejercicio físico se ha revelado como herramienta para mejorar indicadores de salud mental como el autoconcepto, estrés o ansiedad.
- La confianza. En personas con ansiedad se suele observar una reducida autoconfianza. Esto genera una tendencia hacia el encorvamiento y posiciones corporales de cierre. El profesor de psicología de la universidad de San Francisco Erik Peper descubrió que estando en posición erguida nos es más fácil elegir nuestros rasgos personales positivos. Si estamos encorvados, nos vienen a la mente ideas negativas. ¡Nuestra postura corporal es el espejo de nuestras emociones! Ésta es una de las razones por las que en Low Pressure Fitness reforzamos el entrenamiento postural y la elongación axial desde la primera clase. Al entrenar tu postura permites mayor amplitud a tu gesto respiratorio e incrementas también la percepción positiva de ti misma/o.
Nuestra postura es el reflejo de nuestras emociones.
Recordaros que la mayor garantía es entrenar bajo las manos de profesionales. En la web de Low Pressure Fitness encontrarás un listado de todos los profesionales de la salud y el ejercicio certificados entre los que se encuentran también psicólogas especialistas.
¡Vive con menos presión, respira la experiencia Low Pressure Fitness!